Pensemos en el como esa parte que nos habla cuando sabemos que hacemos un mal. Más que temerle hay que conocerle y utilizarle como herramienta de prevención. En el sentido real su existencia parece estar sólo en la mente del hombre medieval hasta el contemporáneo, es una idea predominante que sus fundamentos se basan en doctrinas religiosas y culturales. Psicológicamente el hombre se interpone una jerarquía por su baja autoestima y el miedo en la soledad, estos seres superiores en la edad media sirvieron como control pero también como un paso hacía descubrirse y algún día aceptarse con razón.
¿Y el mal de donde proviene?
Desde que comenzamos con el temor y terminamos con el diablo, no hemos olvidado quién impuso las reglas y quién las exige: El hombre, de el viene su mal pero también la bondad, muchos cristianos o filósofos teológicos (Giovanni Papini por ejemplo) desprecian una visualización del mal y bien dentro del hombre, pero debemos tenerle en cuenta ya que las acciones del ser humano fueron las que crearon al mundo cristiano y mucho mas atrás las religiones antiguas. El hombre necesita creer en algo, no puede verse a sí mismo, desea arduamente responderse las preguntas que tienen imposibles respuestas, la naturaleza del hombre evoluciono con la visión de riqueza, en la prehistoria no existían estas reglas, no existía la intención ni la pretensión en contra de la propia gente con la que se convive. Nosotros somos nuestra perdición pero la salvación reside en nosotros
El inicio de una nueva etapa
Con el fin de una Edad Media surge el Renacimiento, una perspectiva nueva y enemiga del dogma religioso, aún así la iglesia y los hechos de los primeros siglos después de Cristo son recordados vagamente, muchas de las personas han olvidado las atrocidades cometidas en el nombre (excusa) de un ser supremo, tal vez hubiéramos necesitado vivir este periodo pos-romano y entender como ciegamente la creencia no se podía debatir y que nosotros mismo ni siquiera pensáramos “¿Que tal si en verdad?”. Ahora nosotros nos enfrentamos a nuevos males, estos ya no se pueden justificar divinos pero seguimos congelados e intimidados. ¿Es esta la herencia cultural del medievo o es tan sólo la naturaleza inocente del mismo humano?
La historia solo lo dirá...
Bibliografías
Esquilo, Las siete tragedias, Porrúa
Distrito Federal, México. 2007, Vigésimo sexta Edición
219 páginas.
Homero, Ilíada, Biblioteca Clásica Gredos
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580 páginas. Traducción: Carlos García Gual
Homero, Odisea, Biblioteca Clásica Gredos
Barcelona, España. 2008, Primera Edición
464 páginas. Traducción: Carlos García Gual
Graneris, José, Las Religiones al Desnudo: Conflictos, misterios y respuestas acerca de la existencia de Dios, Reditar Libros, S.L.
España, 2006, Primera Edición
415 páginas. Traducción: Máximo Garriti
Minois, George, Historia de los Infiernos, Paidós
Barcelona, España. 2008, Primera Edición
486 páginas. Traducción: Godofredo Gonzáles
Montanelli, Indro, Historia de los griegos, Radom House Mondadori
Barcelona, España. 2005, Cuarta Edición
364 páginas.
Muchembled, Robert, Historia del diablo: Siglos XII – XX, Fondo de Cultura Económica
Distrito Federal, México. 2002, Segura Edición
360 páginas.
Papini, Giovanni, El Diablo, Porrúa
Distrito Federal, México. 2006, Segunda Edición
315 páginas.
Sertillanges, R.P, Le Pròbleme du mal, Aubier, París, 1948.

Phobos Cristiano:
Identidad del pecado, inspiraciones antiguas, el mal y el bien, la naturaleza del hombre y la otra cara del diablo.