viernes, 21 de marzo de 2008

La Crudeza Parte III

La crudeza es la desnuda transparencia de la acción, así como la razón pura de la pasividad. Las decisiones que tomamos no son un espejo de nuestra alma ni nuestra psique, son un reflejo de nuestro entorno social y de nuestro miedo a afectarlo... Tal vez sea más grande el miedo a lo qué harán los demás al reaccionar al estímulo de nuestras acciones que el miedo a lastimar con ellas. También la palabra es acción, el verbo es creación de realidad. En las religiones abrahámicas se dice que Dios creó a base de palabras. Si Dios dijo "hágase la luz", el hombre, su Golem, dijo "hágase la guerra", "hágase el dolor". Las perversas realidades en ocasiones son necesarias, tal vez no justificables, pero sí parte del engranaje. La crudeza es la madre de la supervivencia. La sinceridad es madre de la crudeza. ¡Seamos transparentes! No me gusta que la gente calle los horrores que le causa mi mal actuar, y no me gusta cuando mi buen actuar es condicionado, influido. Decía Oscar Wilde por medio de Lord Henry en "The picture of Dorian Gray" que influir a alguien es la cosa más inmoral que puede existir.
Seamos libres, a veces es bueno sentirse inmortales; para ello nos dieron el regalo - y el flagelo- del libre albedrío. Seamos crudos, seamos naturales, seamos humanos. En ocasiones relacionamos la crudeza con el instinto animal, y yo la verdad no comprendo cómo se atreven algunos especímenes humanos a negar su animalidad.

Carlos Ramírez García.

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